Gracias a su alto contenido en ácidos grasos monoinsaturados (ácido oleico) y poliinsaturados (ácido linoleico), el aceite de oliva aporta otros importantes beneficios:
– Eleva los niveles de colesterol HDL (bueno)
– Disminuye el colesterol LDL-c (colesterol malo)
– Beneficia el control de la hipertensión arterial
– Reduce la aparición de trombosis y previene la aparición de diabetes