7 razones y beneficios de comprar a granel

En un mundo donde los plásticos inundan los mares, evitar que se sigan utilizando depende de los consumidores. Un 40 % de los residuos plásticos suelen corresponder a envases. Al parecer, la solución no es un invento moderno, sino volver a los orígenes. Las compras «a granel» han vuelto, y esta tendencia aumenta día a día. Evitar el plástico, comprar la cantidad que necesitas, apoyar los comercios sostenibles… Hay muchas razones para pasarse a esta cesta de la compra sin plásticos. ¿Quieres conocerlas?

1. Llévate lo que necesites

En España se malgasta mucha comida. Casi 8 toneladas de alimentos desperdiciados al año. Claro que no todo es culpa de los envases, pero es cierto que muchas veces nos llevamos 1 kg de un producto porque así nos lo impone el supermercado.

Así que, comprando a granel, podemos elegir la cantidad que nos acompañará a casa. Incluso si el precio es ligeramente superior, puede salirnos a cuenta si una parte de la compra va a acabar en la basura.

2. Consigue tener una dieta más variada

En consonancia con lo anterior, al no tener paquetes estandarizados, podemos elegir llevarnos diferentes productos. En vez de 1 kg de garbanzos, podemos elegir 500 g de estos y otros 500 g de lentejas, por ejemplo.

3. Elige calidad, y compruébala

¿Cuántas veces ocurre que al llegar a casa abrimos un paquete y hay alguna fruta golpeada? Las compras a granel te permiten ver el producto y comprobar la calidad. De nuevo, aunque la opción empaquetada parezca más barata, puede suponer un ahorro comprar a granel.

4. Apoya la economía local

Las tiendas que han optado por este formato suelen ser pequeños comercios unipersonales o familiares. Por eso los vendedores son familias locales. Además, los productores no suelen estar lejos, con lo que apoyas de verdad el medio rural.

5. Ten una cocina donde te apetezca entrar

Porque tener paquetes de legumbres a medio utilizar, o frutas que empiezan a pasarse de fecha no animan a disfrutar de tu casa. Así, comprar a granel y guardar los productos en tarros de cristal da una visión más agradable. Y aún más: te permite controlar mejor cuánto te queda de cada producto antes de tener que reponerlo.

6. Reduce la contaminación

Las compras a granel también ayudan a mantener más limpio el aire. La industria del envasado en plástico conlleva la producción de plásticos, para después introducir los alimentos. Dos pasos que con los productos a granel pasan a ser la fabricación de sacos. Y, por si eliminar un paso no fuera suficiente, los sacos son reutilizables y no contaminantes.

Además, por economía, los pequeños comercios a granel suelen tener relación con productores cercanos. Aparte de disminuir la huella ecológica producida por el transporte, muchos de ellos piden productos a agricultores respetuosos con el medioambiente. Así, también apoyarás a productores que no utilizan —o al menos reducen— los agrotóxicos.

7. Si es tan bueno, ¿por qué no compra todo el mundo a granel?

Pues vamos a aclarar las dudas: no es que el método a granel sea más caro. Sin embargo, su procedencia —pequeños comercios— no tiene el margen de beneficio de las grandes superficies. Esto provoca que no puedan jugar con el margen de beneficio como lo hacen las grandes empresas. Si las grandes empresas ofrecieran los productos a granel, serían aún más baratos.

Si aún no te has convencido, intenta probar a cambiar tu compra un mes. Podrás ver que tienes una mayor variedad de productos en tu cocina. Podrás elegir diferentes platos sin depender de la caducidad de los muchos kilogramos de más que tuviste que comprar.

Fuente: Ecotrendies

Consejos para hacer un Viaje Zero Waste

Se dice que viajar es uno de los grandes placeres de la vida, sin embargo, para ser sinceros, es algo a lo que pocas personas estamos dispuestas a renunciar, pero el impacto medioambiental del turismo es brutal. Aunque nosotros (y los millones de habitantes restantes del mundo) pensemos que “una vez al año no hace daño”, el turismo representa el 8% de las emisiones de gases de efecto invernadero a nivel mundial y se prevé que antes del 2025 este porcentaje aumentará un 40% si no se cambia la corriente. Por eso es tan importante que cambiemos nuestros hábitos y apostemos por un turismo cada vez más responsable. Como siempre, no se trata de “todo o nada” sino de que, dentro de nuestras posibilidades y circunstancias, hagamos lo máximo posible para que nuestras decisiones tengan el menor impacto posible.

Evidentemente, viajar de manera sostenible no es algo precisamente fácil, o por lo menos no tan fácil como lo es desde la comodidad de nuestra casa. Así que en este post te cuento cómo nos organizamos para generar el menor impacto posible durante las vacaciones.

La clave del éxito

La experiencia me ha llevado a tener claro que, para tener unas vacaciones mas sostenibles, prácticamente todo se resume en una palabra, “organización”. Organizar bien el viaje y ser previsor ya nos garantiza un 90% del éxito (vale, me he inventado el porcentaje, pero no voy muy desencaminada) así que vamos a organizarlo bien.

Nuestro destino y cómo nos moveremos durante el viaje

Es importante que reflexionemos sobre el lugar de destino. Muchas veces se hacen viajes transatlánticos simplemente para estar en la playa, habiendo playas tan impresionantes en nuestro propio país y que seguramente no hemos visitado. Por eso, no está de más, plantearse hacer viajes “más locales” y disfrutar de las maravillas de nuestra propia ciudad o país. Aún así, si queremos conocer otros países y culturas, podemos optar por lugares donde tengamos la posibilidad de viajar en tren o coche compartido.

El avión es el medio de transporte más contaminante y lo ideal sería evitarlo. Nosotros por ejemplo, hemos recorrido varios países de Europa por carretera, Francia, Alemania, Bélgica, Luxemburgo… la mayoría de ellos en autocar o coche compartido. Sin embargo, este año, por las circunstancias, hemos decidido viajar en avión a Luxemburgo. A pesar de que el mayor impacto medioambiental de nuestro viaje será causado por el avión, ¡no tiramos la toalla! y haremos lo posible por reducir nuestro impacto durante el resto del viaje.

Durante el viaje, podemos elegir movernos en bicicleta, autobús o tren… y caminando lo máximo posible (bueno para ti y bueno para el planeta). Si tenemos claras las rutas que queremos hacer y las organizamos antes de salir de viaje, nos será más fácil optar por medios de transporte más sostenibles. Alquiler de bicicletas en la zona, trenes, autobuses, etc.

Alojamiento

El tipo de alojamiento que elegimos también supondrá un mayor o menor impacto. Para nosotros siempre una buena opción es elegir un alojamiento donde podamos cocinar. Es una manera no solo de generar menos basura, sino también de ahorrar. Este año todas nuestras escapadas son a campings con nuestra tienda de segunda mano, donde podemos cocinar, al igual que en Luxemburgo donde también nos alojaremos en un camping, aunque allí nos quedaremos en un bungalow.

Podemos elegir entre campings, apartamentos, intercambio de casas. También pensiones, casas rurales o incluso hoteles sostenibles

Lo que no puede faltar en nuestra maleta: Los kits sostenibles

Hay una serie de kits imprescindibles que nos ayudarán a evitar generar basura innecesaria durante nuestras vacaciones y que, además, no ocupan mucho espacio. Ya sea que viajes en avión, en furgoneta o en tren, que viajes unos días o unas semanas, son kits muy útiles para todos.

Bolsas de tela para comprar a granel, cubiertos reutilizables, botella rellenable… Lo importante es simplificar y llevarnos solo lo necesario. Nosotros, por ejemplo, no usamos pajitas ni tenemos costumbre de ir a comer a restaurantes asiáticos por lo que nos ahorramos llevar esos reutilizables. Por otro lado sí que nos gusta probar a veces la comida callejera que pedimos que nos la pongan en nuestra fiambrera o visitar ferias locales donde nos sirven la bebida en nuestro propio vaso. Pero además también son reutilizables que nos permiten llevar ya nuestra comida preparada y evitar así terminar comiendo cualquier cosa por ahí.

Si viajamos en avión podemos llevar nuestra botella reutilizable vacía antes de pasar por el control sin ningún problema y rellenarla una vez pasado el control. Prácticamente en todos los aeropuertos hay fuentes de agua donde podemos rellenar nuestra botella. Personalmente no he probado a pasar botellas de vidrio por lo que no sé si permiten, pero las de acero permiten pasarlas sin problema siempre y cuando estén vacías, excepto si viajas con niñ@s que permiten pasarlas llenas.

En el lugar de destino debemos asegurarnos si el agua de la ciudad es potable. Si es así, podemos ir rellenando nuestras botellas donde nos alojamos y en las fuentes que nos vayamos encontrando durante la ruta.

Por otro lado, los productos de cosmética e higiene sólidos y reutilizables nos permitirán ahorrar mucho espacio y además, al no ser líquidos, no nos ponen pegas en el aeropuerto si viajamos en avión.

Yo soy de esas personas que intenta organizar sus vacaciones sin regla porque uso compresas de tela y no es naaaaada cómodo (para mí) la limpieza de estas mientras estoy fuera de casa, aunque evidentemente se puede hacer sin problema. Pero en este caso, si usas copa menstrual, ¡es aún más ideal!

Si necesitas ahorrar espacio para transportar o conservar alimentos, puedes usar wraps, bolsas de silicona o porta bocadillos reutilizables. ¡A nosotros nos van genial!

Por último, si nos alojamos en un lugar donde tenemos cocina, también tendremos que lavar platos así que para evitar comprar jabón, bayetas y estropajos de plástico en el lugar, podemos llevar los nuestros. Ya sea una esponja de luffa o un cepillo vegetal, incluso jabón sólido de marsella para lavar platos, cubiertos o alguna prenda si no podemos llevarlo en formato líquido.

Aunque aparentemente puede parecernos que son demasiadas cosas, todo ello ocupa muy poco espacio, ¡te lo prometo! y evitará la generación de muchos residuos.

Más eco-tips para las vacaciones

  1. Si nos alojamos en un lugar donde podemos cocinar, hacernos un menú para todo el viaje, que sea sencillo, rápido y con ingredientes naturales nos ayudará a evitar comprar productos envasados. Podemos buscar por la zona mercados locales, fruterías o tiendas a granel. De esta manera, no solo podrás probar los productos locales, algo que recomiendo mucho, sino que también apoyarás al comercio local y contribuirás a la economía de la ciudad. Para aquello que necesitemos y no encontremos sin envasar, podemos priorizar envasados en vidrio, cartón o papel. Nosotros, por ejemplo, siempre hacemos un menú y al camping ya llevamos toda la comida comprada a granel. En los supermercados del camping compramos frutas, verduras y pan con nuestras propias bolsas. Pero cuando viajamos por otros lugares donde no podemos llevar nuestra propia comida, buscamos los mercados de la zona e intentamos evitar los supermercados. Igualmente, a Luxemburgo, como vamos pocos días, meteremos en nuestra maleta algunos básicos como arroz, frutos secos, soja texturizada o cuscus comprado a granel, que junto con verduras ya podemos hacer varias comidas sencillas, rápidas y diferentes.
  2. ¡Rechaza! Esta “R” es clave. Rechacemos el plástico y cualquier material de un solo uso que sea innecesario, rechacemos comprar cosas que no necesitamos ni nos aportan nada. Si vamos a un hotel, rechacemos todos los desechables empaquetados individualmente que nos ponen en el baño.
  3. Cuando estemos fuera, llevemos siempre con nosotros estas tres frases:
    – Sin sorbete, por favor.
    – No me de bolsa, traigo la mía.
    – Sírvamelo aquí, gracias.
  4. Hagamos buen uso de los recursos y dejemos siempre el lugar mejor de lo que lo encontramos.
  5. Disfrutemos, aprendamos y enriquezcámonos con cada escapada.

Personalmente he viajado muchas veces a Luxemburgo, pero esta será la primera vez que lo haga desde que comencé este estilo de vida así que sin duda será un reto.

 

Fuente: EcoBlogNonoa

¿Por qué evitar el plástico?

El plástico es un material maravilloso. Si, has leído bien ¡maravilloso! El mundo moderno no sería realmente moderno sin su presencia. Su valor en campos como en la medicina, el transporte o la tecnología son incuestionables.

Además, es un material de lo más versátil, ¿te has dado cuenta de la cantidad de objetos diferentes que se pueden fabricar con él? No encontrarás otro material más democrático.  Gracias a él artículos que antes sólo eran asequibles a la población más acomodada, ahora están al alcance de todos.

Pero en lugar de estar agradecidos por todas las ventajas que no ha traído, nos hemos convertido en “adictos” y lo usamos sin darle valor ninguno. Ha llegado un momento en el que decir “es de plástico” es sinónimo de algo barato, de mala calidad, desechable. Y ahí es donde nos estamos confundiendo.

Por eso te queremos contar cuáles son los motivos por lo que nosotros lo evitamos.

El plástico convencional no se biodegrada

Ningún ser vivo (ni microorganismos ni hongos) consumen plástico transformándolo en elementos químicos naturales para reintegrarlos al ciclo natural de carbono que ha sustentado la vida durante millones de años.

El plástico simplemente se descompone en partículas más pequeñas sin cambiar su composición química. Cuando son menores de 5 mm se les suele denominar microplásticos. Pueden llegar a ser imperceptibles al ojo humano, lo que no significa que desaparezcan.

Por eso se dice que todo el plástico que se ha fabricado en la historia todavía sigue con nosotros en algún lugar del planeta. Esta idea idea nos parece abrumadora.

Además, el plástico está dispersado por todo el planeta. Ha llegado a sitios tan remotos como la antártida. Y estudios recientes han encontrado microplásticos en el agua potable, en el agua embotellada, en la sal y hasta en el aire. ¡Y ni que decir tiene en nuestros mares!

Contaminación marina

8 millones de toneladas de plástico acaban cada año en los océanos. Lo que equivaldría a vaciar un camión de la basura lleno de plástico cada minuto en ellos. Como sigamos así para el año 2050 habrá más toneladas de plástico que de peces en los mares. Una gran parte de los objetos que llegan al mar son envases ligeros, por lo que cuesta imaginar el volumen que podría llegar a alcanzar. ¿De verdad que queremos vivir en un planeta así?

Esto está causando mucho daño a todos los animales marinos. Y si comes pescado este plástico puede acabar en tu plato. Numerosos estudios han encontrado plástico en pescados que se encuentran en los mercados.

En el 2017, la misma ONU, consciente del problema de la contaminación, declaró la guerra al plástico. Si, no declaró una batalla, ¡sino una auténtica guerra!

Causa la muerte a muchas especies

Se ha documentado que animales de unas 700 especies se han enredado o han tragado plástico.  Cuando los plásticos son grandes, como redes de pesca a la deriva, muchos animales se quedan atrapados en ellas causándoles la muerte o mutilaciones de aletas. Ocho de cada diez animales que se quedan atrapados en plásticos acaban muriendo. Además una vez que el cadáver del animal se descompone, el plástico sigue siendo una trampa mortal a la deriva.

Cada vez son más especies las que están ingiriendo plástico. La base de la alimentación de las tortugas marinas, por ejemplo, son las medusas a las que confunden con bolsas de plástico y se las acaban comiendo. También ballenas, peces y aves confunden los plásticos con comida, lo que les provoca la muerte. Se ha descubierto que hasta el plancton está ingiriendo microplásticos.

Desconocemos las repercusiones que pueden tener

Los plásticos son mezclas de polímeros a los que se les añaden aditivos. Se utilizan para mejorar sus propiedades o para reducir su coste. Hay miles de aditivos en el mercado. En la actualidad se producen 13.2 millones de toneladas de aditivos anualmente. Se desconocen los efectos que puede tener la exposición de éstos a largo plazo y la repercusión en nuestra salud y en los sistemas naturales, como el océano, pero cada vez hay más preocupación al respecto.

Además, como consumidores, no podemos saber los aditivos químicos que se le han añadido a los plásticos. De los 150 millones de toneladas de plástico que se calcula que hay en el océano, aproximadamente 23 millones son aditivos.

Su reciclaje es complicado

Tendemos a pensar que cuando ponemos algo en el contenedor que se va a producir el mismo producto o alguno similar cuando se recicle, pero en el caso del plástico rara vez es así.

La gran mayoría de ocasiones se van a convertir en productos que no tienen nada que ver con el original y que no se van a poder reciclar de nuevo, como telas, lonas, cuerdas, contenedores, paneles, maderas plástica, papeleras… Por lo que nunca se va a crear una economía circular, sólo se alarga un poco la vida del material.

Además por seguridad alimentaria los envases que vayan a estar en contacto con alimentos no pueden ser de plástico reciclado, por lo que todos los bolsas y envases que ves en las tiendas y supermercados son de material virgen.

Reciclar el plástico es complicado, hay muchos tipos de plásticos que no son viables reciclarlos desde el punto de vista económico y otros que no hay mercado para ellos. En la actualidad sale más barato y práctico utilizar plástico virgen.

Fuente: Vivir sin plastico

Zero Waste

Como aplicar el Zero Waste a nuestro día a día

Ahora sí, vamos a ver de qué formas podemos aplicar el zero waste para generar la menor cantidad de residuos en casa, Recuerda, esto es un camino largo por recorrer, empieza poco a poco y sin agobiarte, con lo que te sea más sencillo. Prueba con una semana sin comprar plásticos, o treinta días. Después podrás ir buscando otras alternativas para acercarte a ese objetivo de cero residuos.

  • Lo primero que podremos hacer, lo más sencillo, es repensar nuestra forma de comprar. Si, cuando vayamos al supermercado, optamos por adquirir lo básico allí y evitar productos que no estén sobreenvueltos en plástico, frutas cortadas envasadas al vacío, huevos o pan con envoltorios de plástico… ya habremos conseguido un punto importante. Por otro lado, es conveniente preferir ir a tiendas al peso donde puedas comprar incluso con tus propios recipientes y la cantidad que realmente necesitas. Mi madre dice un refrán que puede aplicarse aquí: “no es más limpio el que más limpia, sino el que menos ensucia”. Pues lo mismo, mejor no comprar plásticos de un solo uso que reciclarlos.
  • Otra forma de contribuir al menor gasto energético en la producción de los alimentos que comemos es reducir nuestro consumo de carne o comer frutas y verduras de temporada. En muchas ocasiones, para que puedas comerte un aguacate tiene que llegar desde Sudamérica en barco; o si queremos melón en enero lo más probable es que venga de muy lejos. Las compras de cercanía también son una buena forma de contribuir a la no generación de residuos. No solo hablamos de comida, hay un sinfín de plásticos a los que podemos buscar una alternativa: cuchillas de afeitar de acero inoxidable, cepillos de dientes de bambú, compresas de tela… Incluso viajando de forma más soteible. ¿Por qué hacer un trayecto en avión de 600 kilómetros si puedes hacerlo en tren en apenas una hora más?
  • El siguiente paso podría ser comenzar a usar envases reutilizables. ¿Compras los cereales o la pasta en paquetes de plástico? Prueba a comprar a granel con tus propios botes de cristal. ¿Sueles llevarte una botella de agua a tu trabajo? Empieza a utilizar una cantimplora de acero. ¿Te dan el pan en una bolsa? Lleva tu propia panera de tela a la panadería. Por suerte, cada vez hay más establecimientos que te permiten llevar tus propios botes y fiambreras al hacer la compra, que podrás utilizar decenas de veces.

 

  • ¡Do it yourself! Seguro que has visto muchos tutoriales DIY (Hazlo tu mismo) en YouTube, y es una buena forma de reducir los residuos que generamos. Puedes hacer en casa desodorante, pasta de dientes, jabones y champús… Si tienes sitio, incluso puedes plantear montar tu propio huerto urbano con tomates, lechugas, patatas… Si no, con tres o cuatro macetas puedes tener siempre frescas algunas hierbas aromáticas para hacer la comida.
  • Uno de los últimos pasos que puedes dar para conseguir un estilo de vida completamente zero waste es compostar tus propios restos orgánicos. Esto requiere tiempo y espacio, además de una compostadora (que también puedes hacer tu mismo), pero no todo el mundo tendrá la facilidad de conseguirlo. Aun así, pegunta a la gente que conoces o a agricultores de tu zona, puede que alguno sí que lo haga y puedas ayudarte con tus residuos!

Fuente: El bien social

Como iniciar una vida zero waste según Bea Johnson

A nivel individual, una de las mayores activistas que han dado visibilidad a este movimiento es Bea Johnson. Autora del blog Zero Waste Home (que después se convirtió en un libro vendido mundialmente), nos da consejos sobre cómo podemos reducir los residuos que generamos en casa.

Esta mujer, francesa pero establecida en California, lleva desde 2008 llevando una vida en la que tanto ella como sus hijos generan una cantidad ínfima de basura. Ella aumentó las 3R de Reducir, Reutilizar y Reciclar a cinco: Refuse, Reduce, Reuse, Recycle y Rot. Las dos novedades que encontramos aquí son Refuse (rechazar), que nos invita a negarnos a usar muchos de los elementos desechables que se nos venden; y Rot (pudrir), que hace referencia a la posibilidad de compostar nuestros desechos orgánicos para reutilizarlos y que vuelvan a la tierra.

  1. RECHAZA lo que no necesitas.

En esta sociedad consumista, cuando compramos algo estamos aportando a la demanda para que se fabrique más. Y luego al traer estos productos a nuestros hogares, estos invaden nuestro espacio. Por este motivo, Bea decidió no aceptar más el plástico de un solo uso, tampoco los regalos corporativos (papelerías promocionales), las bandejas de comida del avión, o las tarjetas de presentación.

  1. REDUCE a lo que realmente necesitas.

Lo primero que hizo Bea en este ámbito fue eliminar lo que no estaba usando en su cocina: “¿Para qué necesitas dos palas de madera, o dos de cada cosa, cuando en realidad utilizamos uno a la vez?”.

En segundo lugar, eliminaron toda la ropa que no estaban utilizando. Bea menciona cómo utilizamos solo un 20% de nuestra ropa, y el 80% que sobra lo guardamos “por si acaso”. Eso por esta razón que Bea seleccionó solo las teñidas multifuncionales, de tal forma que con solo pocas piezas, puede crear hasta cincuenta distintos looks. Declara que hoy todo su clóset cabe en un bolso de mano.

  1. REUTILIZAR, al comprar de segunda mano y usar el trueque.

“Cuando mantenemos las cosas que no utilizamos en nuestros hogares, estamos previniendo que otras personas las usen”, comenta Bea en su charla. Al mismo tiempo, también menciona que es importante contribuir al mercado de segunda mano, para que existan más alternativas de compra y también más personas que compran solo de segunda mano.

  1. RECICLAR solo lo que no se REUSA, REDUCE, Y REUTILIZA.

El reciclaje no es la primera en la lista, ya que no todos los productos son reciclables, y al mismo tiempo, no todos pueden ser reciclados infinitamente. Tal es el caso del plástico, que se recicla en promedio solo dos veces. Aunque es una buena  práctica, no debiéramos quedarnos solo en esto, ya que igual estamos consumiendo productos que requirieron de energía para su fabricación.

  1. La última acción es “ROT” O COMPOSTAR

Esto significa que toda la materia orgánica de la casa puede descomponerse en el compost de la casa. Bea menciona que compostan casi todo lo orgánico de la casa, incluyendo su cepillo de dientes, y también su pelo.

 

Además, al incorporar estas rutinas a nuestro estilo de vida, seremos mas conscientes a la hora de comprar Esto tiene un impacto importante en nuestra cesta, especialmente en los productos alimenticios, ya que nos acostumbraremos a revisar las etiquetas y envasados. Así, será más fácil reconocer los más sanos, naturales y de proximidad ; y conseguiremos ayudar al Planeta y a nosotros mismos.

Fuente: Endemico. El bien social

Batido Verde

Ingredientes:

  • 1 taza de agua o leche vegetal
  • Hielo
  • banana
  • linaza molida
  • spirulina
  • canela
  • moringa o espirulina organica en polvo
  • maca
  • espinaca
  • jugo de lima

Instrucciones

Añade todos los ingredientes al tazón de una licuadora. Mezcla hasta que quede cremoso y algo espeso.Añade 1/2 taza de hielo y licúa hasta que el hielo quede triturado.

Arepas de Quinua

Ingredientes:

  • 1 taza de quínoa cocida
  • ½ taza de avena molida o harina de maíz
  • 1 cucharada de semillas de chía
  • 1 cucharada linaza
  • Agua
  • Sal al gusto

Instrucciones

Colocamos en un envase todos los ingredientes secos y le vamos añadiendo el agua poco a poco hasta formar una masa, Si está muy espesa puedes agregar más agua. Luego hacemos estilo tortillitas y colocamos en una sartén a fuego medio aprox 5-8 min por cada lado o hasta que estén doradas

Recetas

Smoothie Bowl

Ingredientes:

  • 1/2 taza de leche vegetal o agua (125 ml)
  • 4 plátanos (2 congelados y 2 frescos o 4 frescos)
  • 2 cucharadas de mantequilla de mani
  • 8 cucharadas de cacao en polvo sin azúcar
  • 8 dátiles

Instrucciones

Pon todos los ingredientes en la batidora y bate hasta que estén bien integrados, aunque si tu batidora no es muy potente bate todos los ingredientes menos los plátanos congelados y añádelos al final. Te recomiendo que los congeles en trocitos pequeños. Echa por encima tus toppings preferidos. Banana, coco rallado, chips de chocolate, frutos secos y granola.

Pudding de Chocolate

Ingredientes:

  • 1/4 taza de leche vegetal e almendras  (62 g)
  • 1/2 taza de cacao orgánico en polvo sin azúcar (50 g)
  • 1/2 taza de sirope de agave (180 g) (Si usas un endulzante sólido como el azúcar, la panela o la estevia, no sé que consistencia tendrá tu pudin, pero puedes echarle más aguacate o plátano si quieres que esté más cremoso o más leche si quieres que esté más líquido)
  • 1 plátano
  • 1 aguacate
  • 1 cucharadita de extracto de vainilla natural (opcional)
  • Toppings: fresas, chispas de chocolate al 60% y salsa de maple (opcional)


Instrucciones

Pon todos los ingredientes en un procesador de alimentos o batidora y bate hasta obtener la consistencia deseada. Sirve el pudding en vasitos o recipientes individuales. Puedes comerlo recién hecho pero está más rico si esperas al menos 2 horas o incluso de un día para otro.

Echa los toppings justo antes de servir.

Tostadas Francesas Light

Ingredientes

  • 3 claras de huevos
  • 1 cdta. de canela
  • 1 chorrito de agua o leche de almendras
  • ¼ de taza de linaza molida
  • 2 rebanadas de pan integral

 

  1. Mezcla las claras de huevo, la canela, la leche de almendras y la linaza molida
  2. Sumerge las rebanadas de pan integral hasta que absorban bien la mezcla
  3. Coloca la sartén y dora por ambas partes
  4. Acompañalas con mermelada, miel o mantequilla de almendra o maní.